Metodología
Partimos de la experiencia acumulada por el Dr. Efraín Hoffmann desde 1982 -junto a otro grupo de médicos pioneros de esta disciplina holística- en la investigación, evaluación y validación de las medicinas tradicionales, y de las metodologías diagnósticas o terapéuticas conocidas como complementarias (anteriormente alternativas).
Esta experiencia le llevo a la creación del primer Centro de Sanación Holístico en la Hacienda la Concepción, estado Carabobo, Venezuela el año de 1989.
Sistema de Sanación Holístico
A través de la experiencia fue creando un equipo de profesionales de la salud y un Sistema de Sanación con metodología holística.
Este sistema ha propiciado la sanación de individuos portadores de diagnósticos considerados incurables hasta entonces como: aplasia medular, artritis reumatoidea, cáncer, fibromialgia, alergias, psoriasis, e hipotiroidismo entre otras.
A su vez, ha favorecido la modificación efectiva del estilo de vida para la remisión total e irreversible de patologías tan sólo controladas farmacológicamente, como lo son las patologías: metabólicas (obesidad, hiperinsulinemia, diabetes tipo II, hígado graso), cardiovasculares (hipertensión, vasculopatías y cardiopatías varias), trastornos adictivos y farmacodependencia varias, depresión, etc.
Enfoque novedoso
Partiendo del hecho de que la metodología de la medicina holística es un enfoque novedoso a nivel mundial, e involucra la integración de una serie de visiones, disciplinas y técnicas de distintos orígenes y aproximaciones, y que, como objeto de trabajo se avoca no sólo a la sanación de los individuos sino la de la familia, la sociedad y el planeta.
Entendemos que es una propuesta ambiciosa, a desarrollarse a mediano y largo plazo en la medida que se formen los profesionales-mentores capaces de inspirar el deseo de cambiar un estilo de vida enfermante, depredador, inconsciente y consumista que corresponde a un STATUS, para generar un proceso de sanación efectivo y duradero. Dicho proceso le permite a los individuos hacerse inmunes al “enfermadero” familiar y social, mientras se generan los procesos que evolucionen hasta la sanación de esos ambientes.
Es así que nuestra metodología se sustenta en un enfoque:
Educativo
para las nuevas generaciones
Terapéutico-sanador
para quienes ya son víctimas del “Enfermadero”
Reeducativo y habilitador
para evitar las recaídas de aquellos que estén en el proceso de sanación
Asegurando con ello el cambio duradero de un estilo de vida enfermante por el que propicia la juventud prolongada y la salud integral autogestionadas, y cónsonas con un mantenimiento óptimo.
Antecedentes de la Salud Integral y la Medicina Holística
Nuestros orígenes
A lo largo de la historia de la humanidad, los pueblos y sus culturas han buscado y han encontrado en el ambiente que los rodea la satisfacción de sus necesidades básicas.
El estado de salud es la condición de bienestar que se produce como consecuencia de esa relación de adaptación satisfactoria entre el individuo y su ambiente.
Todos los pueblos han depositado su confianza en una figura que encarna la tradición de los conocimientos ancestrales que le brindan a los individuos la asistencia y orientación para alcanzar ese equilibrio físico y espiritual.
Estos individuos han sido denominados con adjetivos diversos como: brujo, shamán, piache, sanador, hierbatero, sacerdote, médico, etc. Algunos de ellos, incluso han poseído cualidades sobresalientes que los convierten en canales para comunicar a sus congéneres con la dimensión espiritual, por lo que han sido conocidos como visionarios, profetas, oráculos, pitonisas, mediums, etc.
Lo cierto es que durante miles de años, estos individuos han mantenido vivos la tradición de los pueblos y los conocimientos que han servido para mantener y recuperar la salud de sus habitantes.
Materialismo científico
Las civilizaciones Occidentales son depositarias de la tradición Egipcia, Grecorromana, y Árabe, y la han integrado a la cultura moderna.
La medicina occidental que tiene a Hipócrates como el padre de la medicina y a Galeno y a Celso como algunos de sus máximos exponentes. Sin embargo, se desligó de la comprensión de una realidad espiritual cuando adoptó el método científico de René Descartes.
Si bien este fue la principal herramienta que posibilitó a nuestra cultura salir del oscurantismo de la Edad Media y nos condujo a través del Renacimiento al Mundo Moderno, también ha sido el causante de que fascinados por el modernismo, la ciencia y la tecnología, hayamos negado el valor de lo tradicional y del mundo espiritual.
Borrar el pasado para abrazar lo nuevo nos ha desarraigado. Al perder las raíces y el contacto con nuestros orígenes, también perdemos de vista hacia dónde vamos. Por eso, al negar la verdadera naturaleza, el médico moderno y la humanidad contemporánea se ha sumergido en un profundo conflicto existencial.
Hace ya más de quinientos años que el materialismo científico niega la existencia del alma y del espíritu, simplemente porque no los ha podido ver, ni pesar, ni medir por ningún método físico. Debido a ese vació conceptual, la medicina moderna, si bien ha evolucionado inmensamente en lo concerniente a las maravillas tecnológicas que pueden prolongar indefinidamente la vida de los individuos en una unidad de cuidados intensivos o en un servicio de emergencia, por otra parte, es muy poco lo que aporta para mejorar la calidad de vida de esos mismos pacientes a quienes no sabe curar pero que tampoco les permite morir.
Esta medicina se ha orientado a combatir las enfermedades y a los agentes etiológicos que hemos aprendido a reconocer y a precisar. Pero, es prácticamente impotente para devolver a los individuos la salud perdida pues no sabe cómo ayudarlos a identificar y a modificar las causas y las implicaciones de sus padecimientos.
El no reconocer la naturaleza de nuestros errores en el pensar, en el sentir, en el obrar y en el hablar, y como repercuten generando desequilibrio, sea por acción o sea por omisión, nos conduce a la insanidad. Esto ocurre en el mundo académico y científico de hoy.
Culturas orientales
En cambio, las culturas orientales, civilizaciones tan antiguas como la China o la India, entre otras, no sufrieron las consecuencias del cientificismo occidental y sus conocimientos han perdurado hasta hoy apoyados en la efectividad demostrada a lo largo de miles de años de práctica y evolución.
Es así como la acupuntura -uno de los procedimientos médicos utilizados por más personas a lo largo de la historia de la humanidad-, permanece vigente hasta hoy y se ha brindado a occidente hace más de cien años para que sus científicos la estudien y descubran los mecanismos de acción y los fenómenos y misterios que la envuelven.
Gracias a la física contemporánea, ya no hay nada de misterioso en ella, pues los estudios de la energía, de la electricidad, del electromagnetismo, han alcanzado el desarrollo necesario para desentrañar la mayoría de las interrogantes.
Es así que, hoy occidente y oriente se encuentran en un mundo de globalización en el que sus culturas se complementan. En el que las barreas culturales se desdibujan, las telecomunicaciones nos acercan, la información se integra y la medicina solo puede ser una: Integral y «Holística«.
Concepción Holística
La palabra holística es un neologismo de la palabra inglesa WHOLE que significa TODO. Se usa con las implicaciones de “totalista”, “sistémica” e “integral”.
Aplicado a la medicina, esta concepción amplia su visión para abordar la problemática humana en su contexto físico, psicológico, socioeconómico y espiritual.
Integra en su haber, toda procedimiento diagnóstico y terapéutico que presente alguna utilidad práctica, y que haya sido investigado y validado debidamente por la experiencia sin importar su origen ni procedencia, ya que se justificada por el beneficio que pueda ofrecer a los individuos.
Es una aproximación científica que reconoce e investiga la multicausalidad y multidimensionalidad de los factores que influencian en la salud de los individuos y sus comunidades.
Además es un enfoque verdaderamente integral, ya que la medicina Holística se aplica en todos los ámbitos de la salud pues abarca tanto el enfoque preventivo, como curativo y de rehabilitación.
Por tal razón el médico con formación holística es hoy el equivalente y el heredero de los médicos-sacerdotes de la antigüedad que trataban al ser humano como un todo físico, mental y espiritual sin distingo de clase, sexo, raza ni religión ni tendencia política, y le trataban no sólo su dolor físico sino su dolor moral.
Para su formación hemos de alimentarlo con los conocimientos de la tradición, de la ciencia y de los avances tecnológicos. Pero, para dar salud hay que tener salud. Para ser capaz de ayudar a otro a generar un cambio en su estilo de vida, hay que tener moral y ser un modelo a seguir que pueda inspirar en otros esa motivación para el cambio.
Por eso creemos que para la promoción de la Salud Integral y la formación de un Médico o de un terapeuta Holístico capaz de cumplir esa función, se requiere no solo de enseñar una técnica sino la formación de UN SER HUMANO INTEGRAL. Un individuo que posea valores, hábitos saludables, conocimientos y fortalezas de carácter que le ayuden a discernir y a contrarrestar las tentaciones y las contradicciones del mundo contemporáneo.
Una sociedad gobernada por el consumismo, en la cual, intereses económicos y políticos transnacionales manipulan la información para fomentar la enfermedad, las adicciones y perpetuar la dependencia y el colonialismo cultural.
Nuestro propósito
Con este propósito, de formar a profesionales y al público en general, la Academia Hoffmann ofrece un conjunto de Diplomados y Certificaciones para la formación personal en salud y otra, para una formación profesional.
Ésta incluye las principales medicinas tradicionales y los procedimientos complementarios más importantes para el diagnóstico y la terapéutica, junto a una visión ecológica, humanística, social y espiritual que sensibilice al estudiante ante su entorno y ante las causas que determinan y agravan la grave crisis del mundo contemporáneo.