Si usted es mujer y mayor de cuarenta años, ha de haberse topado con la recomendación de que debe de tomar Calcio y vitamina D, así como alguna presentación de estrógenos y de progesterona, aunque siga menstruando para prevenir la osteoporosis y evitar los síntomas de la menopausia.

Esto es un caso bien representativo de la efectividad de una campaña mediática exitosa, promovida por la industria farmacéutica, que ha logrado convencer a los médicos y a la mitad de la población del mundo que son las mujeres, de que tienen que adquirir estos productos mensualmente y por el resto de sus vidas.

¿No les parece aberrante el hecho de que hasta las ancianas tengan nuevamente que ocuparse de los sangramientos mensuales?

Es cierto que los estrógenos son necesarios para la calcificación y que en la menopausia se reduce la producción de estrógenos por parte de los ovarios.

Pero este no es el único factor involucrado en la osteoporosis.

Es cierto también que con la edad se disminuye la absorción intestinal de los nutrientes en general, pero cuando los niveles de calcio en sangre se encuentran dentro de los rangos normales – como suele ser en la mayoría de las personas – la osteoporosis no puede atribuirse a la falta de calcio entonces, sino a un déficit en la fijación del mismo en los huesos.

Como nuestras dietas de por si son ricas en calcio, ya que consumimos abundantes lácteos y carnes, si aumentamos la ingesta sin estimular su fijación al hueso, lo que vamos es a generar un problema colateral innecesario como lo es la formación de cálculos y las calcificaciones en los tejidos blandos, como se presenta en la arteriosclerosis y en la esclerodermia.

La pregunta que debemos formularnos entonces es: ¿Cómo aumentar la fijación ósea del calcio?

Un manejo natural que prevenga la osteoporosis requiere de estimular los factores que fijan el calcio y una restricción de los que lo desplazan.

Fíjese que sencillo es: la hormona calcitonina se encarga de la fijación, y ella es estimulada por el ejercicio físico, los estrógenos y el magnesio; la función contraria la realiza la paratohormona, la cual se estimula por la presencia de fósforo y la ausencia de magnesio y de estrógenos.

El problema que se presenta hoy en día es que el estilo de vida contemporáneo es sedentario y la dieta actual presentan un consumo elevado de fósforo y deficitario de magnesio.

El fósforo

lo encontramos en las carnes, los embutidos, y los refrescos gaseosos, que son la dieta del ciudadano común.

El magnesio

por el otro lado se encuentra principalmente en los vegetales verdes formando parte de la clorofila, los cuales suelen estar ausentes de nuestra dieta.

Se estima que la proporción en la ingesta de estos elementos debería ser de 1 de fósforo por 1 de calcio por 1 de magnesio, y resulta ser que el estimado aproximado nos indica que el consumo de estos minerales guarda una proporción de 20 de fósforo, por 1 de calcio, por 0.1 de magnesio. 

Por otra parte, el hueso está formado por fosfato de calcio en una matriz de colágeno.  Así que también necesitamos un suministro apropiado de vitamina C, zinc y boro para la formación del colágeno.

Sobre todo si se es fumador, ya que el cigarrillo nos intoxica con un antimineral del zinc como lo es el cadmio y un solo cigarrillo provoca el gasto de 40 miligramos de vitamina C –si se fuman 20 cigarrillos diarios se gasta 1 gramo de vitamina C lo cual debería ser el consumo diario recomendado-.

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Podemos también estimular la producción de hormonas estrogénicas utilizando un precursor hormonal que se llama DHEA. Un antecesor de la DHEA es conocido en forma natural como el Ñame Salvaje, que es la materia prima para que se forme la DHEA y el cuerpo produzca estrógeno y progesterona. Como en la menopausia hay una menor lubricación de la vagina, es posible que haya mayor resequedad. Es recomendable entonces colocar tópicamente una crema de estrógeno una vez al mes.

En resumen, las recomendaciones precisas son:

1

Ejercicio diario o interdiario durante media hora por lo menos.

2

Consumir el Ñame Salvaje.

3

Comer más ensaladas verdes y tomar suplementos de magnesio, zinc, boro y vitamina C.

4

Dietas bajas en carnes, embutidos y evitar las bebidas gaseosas; y no tan excesivamente ricas en lácteos, porque el calcio está presente en casi todos los alimentos.

5

Exponernos al sol unos minutos diariamente para producir vitamina D (para lo cual la irradiación solar menos dañina se presenta antes de las 10 de la mañana y después de las 3 de la tarde).

Por último, debo decir que en mi opinión, no hay ninguna razón de peso para que se le dé estrógenos a alguien cuyos ovarios se encuentran sanos. Si la mujer tiene ovarios, sin aun menstrúa, no hay justificación para una terapia hormonal sistémica.

Es importante que se sepa que dentro de las posibilidades de la medicina biológica está la de poder estimular o inhibir la función de las glándulas y de los órganos y restituir el equilibrio normal.

¿Para qué dar un sustituto hormonal que va a suprimir por completo la actividad de las glándulas ováricas y suprarrenales?

Además, con el agravante de que el uso de estrógenos es causante de una mayor incidencia en cáncer de seno.

Por lo tanto, también se debe suministrar paralelamente alguna forma de progesterona para contrarrestar esa tendencia. Al administrar ambas hormonas, se ocasionan de nuevo los sangramientos mensuales (quiero señalar a título informativo que la progesterona de uso médico, se extrae de yeguas embarazadas a las cuales se les extrae el líquido amniótico y se sacrifica el feto).

El uso de la terapia substitutiva hormonal debería estar reservado exclusivamente para quienes, por una razón u otra, carecen de la glándula correspondiente, porque el tratar una deficiencia glandular relativa con hormonas simplemente es condenar a la glándula a una total atrofia por falta de actividad.

Las hormonas en general producen reacciones en diversos tejidos y metabolismos del cuerpo, así que por sus efectos colaterales en ningún caso se deberían usar hormonas como tratamiento sintomático. Este es el caso del abuso de la cortisona como antiinflamatorio o antialérgico. Mucho cuidado con ella sobre todo en los niños, porque esta hormona tiene un efecto estresante para el organismo, inhibe el sistema inmunológico bajando las defensas y atrofia las glándulas suprarrenales. 

En conclusión, una dieta sana, balanceada, la práctica de actividades físicas, ejercicio tres o cuatro veces por semana, permitirá a las mujeres llegar naturalmente a la madurez con plenitud y sin mayores complicaciones.

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