Descripción
El aire que respiramos es la fuente más importante e inmediata de energía, y la respiración profunda nos permite alcanzar el máximo nivel de relajación y activación del sistema de defensas inmunológicos a elevar el tono parasimpático.
Parece mentira, pero NO SABEMOS RESPIRAR. Así es. La mayoría de nosotros perdió la habilidad natural que teníamos cuando niños de respirar abdominalmente y hacer respiraciones profundas. Además de que muchos somos respiradores bucales, lo cual es una perversión ventilatoria que genera otro tipo de problemas.
CONCLUSIÓN: Necesitamos aprender a utilizar el 100% de nuestra capacidad respiratoria y aprender algunos ejercicios fundamentales para aprovechar la capacidad de aportar al organismo el máximo de la energía que nos aporta el aire que respiramos.